jueves, 14 de abril de 2011

Capitulo 1 - parte 2

Y el silencio fue interrumpido estrepitosamente mientras Ebony se probaba conjuntos de ropa que había encontrado en un viejo y polvoriento armario.
La chica miró en dirección a la puerta de mala gana.
Se volvieron a oir los golpes en la puerta, esta vez llegaban a ser molestos.
- ¿quien va? - Preguntó la joven un tanto malumorada.
- Os hace llamar Runne. - Se escuchaba la voz de un guardia tras la puerta.
- Enseguida voy.

Ebony se cambió rápidamente. - Que antiguas son estas ropas, pero son bonitas. Es una lástima que se encuentren en mal estado. - Reía la ilusionista mientras pensaba en las ropas y telas que había encontrado.

- ¿Mi señor me habéis echo llamar? - Preguntó Ebony pensando en el vestido que se iba a tejer con aquellas telas.
-Pequeña, necesito nuevamente de vuestras ilusiones. - Dijo RunnE mientras intentaba entre vanos amagos, abrir un libro que reposaba sobre un altar.
- A tomar por culo el vestido - Pensaba la chica mientras decia: - Claro maestro, ¿que necesitáis?
-¿podriáis ocultar la torre? - Preguntó Runne con la atención en aquel extraño libro.
-Ocultar la torre me llevará mucho tiempo y magia. - respondía Ebony un tanto insegura.
-Tan solo procurad ocultar la torre. - Decía el señor de la torre mientras cojía el libro del altar con ambas manos.
-Muy bien señor, como ordenéis.
La joven abandonó los aposentos de RunnE y se apresuró hacía las afueras de la torre.
-lo unico que no debéis alejaros mucho de la torre, para que la runa surta efecto.- Decía RunnE a Ebony mientras le daba vueltas al libro como buscando algo o visualizar algo antes de abrirlo sin percatarse de la ausencia de la joven.

La ilusionista paseaba alrededor de la torre observando el funebre paisaje decorado en sangre. Sus latidos se aceleraban. La batalla aun era reciente en sus dulces ojos, el fuego seguía amenazante consumiendo la carne de algunos cadáveres y los gritos de agonía parecía que todavía se podian escuchar en su corazón.
La joven no veia la forma de ocultar aquella torre y mas sintiendo la muerte en su interior, pero podía percibir en algunas zonas de la torre su poder restaurarse.
-¿Tan poderoso es RunnE? - Se preguntaba la chica mientras preparaba la ilusión.

El señor de la torre no podía esperar, pese a que sabía que no debía abrir el libro, sentía que tenía que hacerlo.Quería hacerlo.
- Tan solo eran leyendas y su miedo mi corazón - O al menos era lo que anhelaba pensar.
RunnE cerró los ojos durante un instante, sujetaba el libro con las dos manos y rápidamente se dirigió a una mesa de madera, dejó el libro suavemente y tomó asiento, luego lo colocó mirando hacia él.
- Lo voy a leer. Ni el mismísimo infiermo. - Pensaba en voz baja.
Allí estaba el señor de la torre frente aquel extraño libro.
Su diestra temblorosa acariciaba la gruesa tapa que sobresalía a las hojas, su mirada se centraba en el libro, decidido, con el dedo índice de su diestra alzaba la tapa muy lentamente hasta descubrir la primera página del libro.
Runne suspiró aliviado - Está en blanco y no pasa nada. - Pensaba mientras observaba rápidamente su entorno.
Esta vez con la zurda se apresuró a descubrir la segunda página del libro. Su mirada se centró en la parte superior leyendo mentalmente: "INDICE" y bajando poco a poco la vista hacía los índices del libro. Los extremos de sus labios comenzaban a arquearse hacia arriba al son de la lectura.
Varias páginas definían un índice bastante extenso, Runne lo ojeaba con rápidez hasta el punto de observar un apartado que le llamó mucho la atención.
Incrédulo, abrió el libro por dicha página, y comenzó a leer.
El señor de la torre se encontraba leyendo estás lineas, estas mismas lineas sin percatarse de su significado, pero las seguía leyendo, pensaba en adelantarse a lo que le acontecía, aun a si llegó a conseguirlo pero siempre la lectura acontecía su instante, por lo que empezó a pensar en avanzar la lectura un par de páginas, y a si lo hizo algo extrañado e incrédulo de lo que leía.

La joven ilusionista tras una ardua tarea había conseguido crear unas láminas mágicas que cubrían gran parte de la torre, su objetivo era ocultar la torre y ofrecer ese entorno, una realidad similar a la real, pero sin la torre.
Ebony caminó en circulos alrededor de las láminas para contemplar su obra, pero aun no estaba acabada, tan solo quedaba una pequeña parte de la torre al descubierto.
La chica se dispuso a crear otra lámina cuando el agotamiento se hizo con su alma.
- No siento la runa de regeneración del señor de la torre. - Pensó.
Se hacercó a la torre, donde había estado sintiendo el poder de RunnE.
La joven extrañada, cruzó las puertas de la torre y se dirigió a los aposentos de RunnE con la intención de informarle por su trabajo, cuando el silencio de la entrada estaba completamente pertubado. Ebony se apresuró por las escaleras de la torre que tenían forma de caracol hasta que un guardia se cruzó en su camino.
-Ebony!!! RunnE se muere.!! Vamos!! - Gritaba el guardia.
La chica siguió al guardia muy extrañada y preocupada.
Cuando llegaron a los aposentos del señor de la torre, el guardia se detuvo, y con un gesto, dejó pasar a la ilusionista.
Cuando Ebony vió a RunnE en sabanas sangrientas y sin apenas percibir el mas mínimo aliento, no pudo evitar que la vision que tenía en ese momento se tórnara distorsionada por lágrimas exiliadas en su iris.
Habia una figura al lado del señor de la torre, la joven se frotó los ojos y pudo distinguir al curandero que velaba por RunnE.
A unos pocos metros de la cama, cerca de la mesa se encontraba aquel maldito libro entre abierto tirado en el suelo. La ilusionista cogió rápidamente unas telas rojas que formaban parte de su vestido y sin apenas mirar el libro, las dejó caer, aunque no pudo evitar observar la página que se encontraba visible hasta que consigió cerrarlo.
Solo Ebony pudo percibir un extraño brillo que a duras penas podía escapar de aquellas telas. Con mucha cautela lo dejó en el altar, cogió una silla y se puso en el otro extremo de la cama de Runne, en frente del curandero.






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