domingo, 9 de septiembre de 2012

La era de los vampiros

                      La era sangrienta
                                            Prólogo


Hace mucho tiempo, tanto tiempo que parecía como si no hubiera habido un principio, como si siempre hubiese sido así. Pero lo cierto es que no siempre había sido así, pues antaño, los humanos eran seres de magia y fuerza, al igual que otras razas como elfos, orcos, enanos,… eran descendientes directos de los elementales. Pero por desgracia ese poder se iba diluyendo de generación en generación.


Un buen día, sin desearlo, unas extrañas criaturas, con forma humanoide, encontraba deliciosa esa sangre, esa sangre tan… elemental… o casi. Aparecieron por todas las regiones de la tierra para alimentarse de la sangre humana.



Se decía que cuando un vampiro se alimentaba, convertía a su víctima en un igual, aunque no era del todo cierto, pues para ello había que llevar a cabo un ritual. Un ritual que tan solo funcionaba con humanos, pues las demás razas eran inmunes.


Con el paso del tiempo, los neonatos no controlaban sus nuevos poderes, y sobre todo su sed de sangre, algo que hasta los vampiros más antiguos les constaba controlar. Todo ello condujo a un gran cambio, pues esa sed de sangre, elevó el vampirismo en la sociedad, rompió los vínculos de sangre de los vampiros, y se crearon los clanes sangrientos.


Encontrar alimentos cada vez era más difícil, las guerras entre clanes eran más frecuentes. Hasta el punto de infringir una de las leyes vampíricas, “canibalismo vampírico”.


Hubo una rebelión, humanos, elfos, enanos, hombres lobo y algunas razas más, se unieron para luchar contra los vampiros. Pero fue en vano. Los humanos fueron condenados y tratados como alimentos y las demás razas expulsadas. Excepto los hombres lobo, pues eran humanos en realidad con el don o la maldición de transformase en lobo en noches de luna llena. Y como eran un gran obstáculo para los vampiros, aprovechando su superioridad numérica, los exterminaron, o al menos eso creían.


La realidad había cambiado y la vida ahora era diferente. Los humanos eran granjas, y vivían en los castillos sangrientos de la tierra, hasta que eran marcados. Así era la vida, y así la tenían asumida los humanos. Mientras que las demás razas habían sido desterradas a los confines de la tierra, allí donde el mar era la tierra que pisaban.



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domingo, 29 de mayo de 2011

WILLHEILM III - Primera parte -

WILLHEILM. "EL INTRÉPIDO"

Acababa de esconderse el sol tras las grandes montañas de hielos imperecederos de la cordillera blanca en el horizonte. Las antorchas volvían a prenderse en las calles de la ciudad. Y la nieve volvía a caer sobre el cuerpo de Willheilm III, "el intrépido", príncipe de Izgard, y sobre la guardia de jinetes blancos que le acompañaban, Einar e Ivar, amigos de la infancia del príncipe. Atravesaron la empedrada avenida principal que partía a la ciudad blanca en dos, en dirección al castillo de plata, cabalgando sobre sus majestuosas monturas, que no eran nada menos, que leones blancos de un tamaño tal, que competían en altura con caballos. Estos emitían sonoros rugidos con cada paso y salto, haciendo de su aparición una visión impactante a ojos de la plebe, que observaba con entusiasmo la escena, abriendo puertas y ventanas para ver al joven príncipe, ataviado con una armadura de placas, y luciendo una larga cabellera rubia que ondeaba golpeando la espalda del mismo con cada trote.



El joven príncipe alzó el brazo izquierdo apretando el puño cuando llegaron a las puertas del castillo de plata, estirando de las riendas de Volken, su león blanco, aminorando la marcha. Y los dos jinetes blancos que le acompañaban hicieron lo propio. A la vez que el centinela de la torre pregonaba la nueva, "El principie ha regresado, abrid las puertas". Y allí estaba, el castillo de plata, su fortín, esculpido prácticamente en la montaña, hogar de reyes y motivo de leyendas, su primera linea de defensa, era una impenetrable muralla de seis metros de alto, por tres de ancho de pura piedra; daba a un patio inmenso, poblado por la hierva y la tierra, para desembocar a una segunda media luna amurallada con otra pared de piedra, a la que de nuevo, otro centinela dio el aviso "¡Abrid las puertas!". "El Intrépido" atravesó esta vez la segunda puerta, junto con los jinetes blancos, subiendo las callejuelas pavimentadas de la ciudadela, que se extendía breve pero intensamente, con sus grandes caserones dignos de la élite del ejercito Izgardiano.



Dirigiéndose a los establos de los leones, donde dejaron allí a sus ejemplares y subieron lo que quedaba de colina andando... Llegaron hasta el portón del fortín, y el soldado de turno les dio la bienvenida con una reverencia, abriendo las dos hojas de madera de roble.

Entrando en la inmensa sala del trono, donde un alto techo de mármol que se sostenía gracias a unos recios pilares del mismo material, reflejaba la luz de las antorchas, esculpiendo las figuras del príncipe y sus compañeros en sombra. El rey Willheilm II, aguardaba sentado, débil, prácticamente sin fuerzas, pues una enfermedad desconocida se había adueñado de el meses atrás. Minna, hermana del príncipe, estaba a su lado, con la mirada perdida al vacío... y triste.



Al llegar frente al trono Willheilm y los jinetes blancos Einar e Ivar, se arrodillaron ante el, para que seguidamente el príncipe se levantase diciendo - Mi rey... Gedeón asola las aldeas del noreste. En la cordillera blanca todos hablan de muerte, dolor y pena, causada por la insaciable ansia de sangre del demonio... -



Minna volvió en si cuando su hermano habló, agarrando el hombro de su padre con ambas manos, a modo de caricia.

El rey quiso levantarse, pero no pudo... y en su cara se leyó el pesar, seguidamente con un débil hilo de voz pronunció - No hay mas hombres en Izgard hijo mio... - Al terminar la frase, una sonora tos brotó de su garganta, escupiendo sangre al suelo de la sala, con un alarido de dolor.



El joven príncipe no pudo mantener la compostura, y de dos zancadas se postró contra el trono y las piernas de su padre, arrodillado ante el, con los ojos cristalinos y agarrando las manos de este con las suyas dijo -No muráis padre, partiré hacia el sur, y traeré el poder necesario para salvar Izgard, nuestro reino, os lo prometo -



Una leve sonrisa se dibujo por un momento en la cara del rey... - Sé que lo harás - murmuró, pero nadie lo entendió con claridad... y Minna interrumpió la escena con una lagrima surcando su mejilla - Willheilm, nuestro padre necesita descansar... lo llevaré a su estancia -.



***



El viento arreciaba a la mañana siguiente con las primeras luces del alba, Willheilm se encontraba ya ensillando a Volken para partir hacia el sur, lejos, atravesando las tundras norteñas llenas de peligros... Einar e Ivar, ataviados con armaduras de campaña y con todo el equipo preparado de antemano llegaron al establo y se pusieron frente a frente con "el intrépido", de brazos cruzados y frunciendo el ceño, él sabía que no les convencería para que se quedasen en Izgard, por tanto, aceptó de buena gana su compañía y los recibió con una sonrisa mientras enfundaba la "Lagrima de Izgard" espada de sus antepasados en su vaina, recién afilada.



Los tres jinetes dejaron la capital del reino aquella mañana, rumbo suroeste, hacia el final de la cordillera menor y sus largos pasos de montaña... atravesaron la depresión del río Iz y sus extensos valles cubiertos por la verde hierva y los pequeños bosques, llenos de magia y belleza, cruzaron las colinas de los túmulos, al final del gran valle, en memoria de los antiguos reyes del pasado, para mas tarde subir los puertos montañosos de la cordillera menor... y por fin, llegaron después de un mes al linde de las fronteras de Izgard con los paramos del norte... tierra de gigantes.



***













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Izgard

IZGARD, PAIS DEL LEON BLANCO

Izgard es un país frío y montañoso, donde las cordilleras pueblan casi todo el terreno, numerosos ríos y lagos tienen yacimiento en estas inmensas cordilleras. En el centro del país, con nacimiento en el noroeste del mismo, un gran valle parte a Izgard en dos, con la depresión del río Iz, al que una gran mayoría de ríos tienden a servirle de afluente.



Este país es conocido como el del león blanco, pues es en la única parte del planeta donde los puedes encontrar. Estos leones tienen dimensiones mas grandes que los leones comunes, llegando a ser el doble de grandes que sus hermanos.


El dios Volken, dios de la guerra y el honor, es representado aquí como un gran león blanco de ojos azules, que mide mas de dos metros de alto, todos los Izgardianos adoran a este dios de la montaña. Los Izgardianos son un pueblo muy bélico, y siempre están en guerra con las fronteras colindantes, las tierras de los gigantes y los paramos hostiles, intentando expulsar así a estos inmundos seres y que no intenten incursionar hasta su amado país.



La ciudad del león blanco:

Izgard, ciudad de reyes es la capital del país con el mismo nombre, sus dimensiones no son mas grandes que una capital cualquiera de Centra, sus gentes son frías y rara vez dan la bienvenida a los extranjeros y desconocidos, su rey actual Willheilm II "el imperecedero", esta en su lecho de muerte y el príncipe, Willheilm III "el Intrépido", se encuentra fuera del país por cuestiones militares. Esta peculiar ciudad es la única del reino de Izgard, pues todas las demás poblaciones son aldeas y pueblos pequeños, repartidos por toda la cuenca del río Iz, (a excepción de Drakkgard) y en menor medida, por las cordilleras blanca y menor. Sus gentes, en su mayoría, son leñadores y pescadores de río, aún así, todo hombre es un experto explorador de las montañas. Izgard vive de lo que le da la tierra, pues muy pocos aventureros extranjeros llegan tan lejos como para poner un pie en el país y establecer alguna red de comercio, sin embargo, se dice que en Izgard se encuentran los mayores maestros curtidores del mundo entero, razón por la que todo soldado del país, posee una capa y atuendo de piel de león blanco. Izgard está situada al pie de una de las primeras montañas de la cordillera blanca, la estructura de la ciudad forma una gota de agua, que se extiende desde el castillo de plata, la parte mas fina, hasta el centro de Izgard. Por este mismo centro, pasa el río Iz y este punto es el ultimo punto transitable en barco por él, es decir, que todas las vías fluviales acaban y empiezan en Izgard.



El castillo de plata:

Es el lugar de residencia del rey y la familia real de Izgard, tiene este nombre, por que cuando nieva y sus torres de homenaje se cubren de blanco, a la llegada del sol, reflecta a este con un brillo argénteo debido a un efecto óptico. Está al pie de una de las primeras montañas de la cordillera blanca, y parte de esta fortaleza esta cavada en la piedra. Tiene tres círculos de murallas que la protegen, donde, el primero y mas exterior, forma una media luna de unos quinientos metros de longitud, de pura piedra de mas de seis metros de alto y tres de ancho, que da la bienvenida a un patio de armas de diez mil metros cuadrados, aquí reside la primera linea de protección en caso de asedio. La segunda se trata de otra gran muralla de cuatro o cinco metros de alto y dos de ancho que forma un semicírculo intercalado con torres de vigilancia, esta es la segunda linea de protección, que desemboca a un patio reducido con varias casonas donde viven los guerreros que sirven en el castillo, así como los jinetes blancos. Y por ultimo, se encuentra la fortaleza tallada en la piedra que sobresale ligeramente al exterior con inmensas y adornadas torres de homenaje que recuerdan la gloria de este país. Aquí es donde reside el rey y toda su familia, y tienen varios pasadizos secretos que cruzan la montaña para tener una fácil y rápida vía de escape. Sus salones son inmensos y las alas de la fortaleza se extienden por una gran parte de la montaña.



La cordillera blanca:

La cordillera blanca se extiende desde el norte de Izgard, pasa por el noreste y este del mismo, para morir en el sureste, esta cordillera es realmente impenetrable, con picos de mas de seis mil metros de altura de nieves imperecederas, solo los Izgardianos conocen los pasos de montaña escondidos en las alturas para poder atravesarla, y sin un guía estas montañas se convierten en la tumba de innumerables hombres. En su punto mas al este y sureste, esta cordillera roza el mar formando una infinidad de acantilados. Al final de esta cordillera se encuentra la ciudad de Drakkgard, en uno de sus acantilados, y por consiguiente el río Iz que pasa entre dos grandes montañas.



La cordillera menor:

La cordillera menor, nace en el noroeste de Izgard y muere en el sur oeste del mismo, sus picos rondan los tres mil metros de altura, y hay numerosos pasos de montaña que la cruzan. Es lugar de peregrinaje para todos los Izgardianos pues, en ella se encuentra el gran monte del león blanco. Muchos Izgardianos viajan a lo largo de su vida a la cordillera menor, para recorrer cientos de kilómetros hasta el pie del gran monte.



El monte del león blanco:

Esta gran montaña de mas de siete mil metros de altura, se encuentra en la cordillera menor, en el oeste de Izgard, cuenta la leyenda que aquí, en lo mas alto de la montaña, se encuentra Volken, dios de Izgard, protegiendo y vigilando a sus gentes, desde el punto mas alto del país. En realidad, en lo mas alto de la montaña, se encuentra una camada de leones blancos antiguos que superan los quinientos ejemplares, son de enormes como un caballo percherón y que en el valle se creen casi extintos.



La depresión del Iz:

El río Iz, que nace en el gran monte del león blanco, cruza Izgard por su centro, partiendo al país en dos. Este gran río ha formado con el paso del tiempo una gran depresión, y a su alrededor hay un inmenso valle que es como una brecha entre las dos cordilleras del reino, este río, es realmente largo y caudaloso, tanto, que es transitable por barcos fluviales, y es una vía rapidísima, para viajar desde el sureste al norte de Izgard con rapidez, por lo que los Izgardianos lo tienen en muy alta estima.

A su vez, en esta depresión del río Iz, hay innumerables aldeas que lo pueblan hasta llegar a Izgard capital del reino.



Los jinetes blancos:

Los jinetes blancos son la élite de Izgard así como guardia personal del rey. Se trata de cien jinetes de león blanco que guardan el castillo de plata, su arma favorita es el hacha de guerra y montan en león blanco antiguo, y entrenan a los mismos para la guerra. Una carga de este escuadrón es letal contra cualquier unidad a la que se enfrenten, que verá como una marea de leones blancos rugiendo se abalanzan sobre ellos blandiendo sus hachas entre garras y fauces y capas del mismo.

El hecho de que sean solo cien, es por que no quedan leones blancos antiguos en Izgard y estos son los últimos que quedan. Esta raza se encuentra en gravísimo peligro de extinción y los jinetes blancos también se encargan de que esto no ocurra, criando a las crías de león blanco antiguo y cuidándolas todo lo que pueden, a pesar de ello no han obtenido nunca una camada mayor a la que ahora poseen.



Drakkgard:

Drakkgard es la segunda ciudad mas grande de Izgard, después de la capital... no se puede denominar cuidad en si, pero para ser un pueblo, es muy grande, y por tanto se le denomina ciudad a términos Izgardianos, pero cualquier extranjero que la visite, no la consideraría así. Esta ciudad se sitúa al oeste del país, y esta construida en un acantilado, en la desembocadura del río Iz. En esta población, se dedican a construir los barcos que deben cruzar el río Iz, a los que llaman Drakkgar´s en honor a la ciudad y a antiguos relatos y leyendas. La ciudad toma su nombre por que en una parte de ella, el acantilado esta tan cerca, que el romper de las olas parece el rugido de un gran dragón. En esta ciudad también se encuentra la única presa del reino, pues en el último tramo del río Iz las corrientes se vuelven fortísimas y muchas veces son imposibles de remontar, por tanto, los habitantes de Drakkgard construyeron una presa para frenar estas corrientes y así poder remontar el río Iz.

Aquí también se encuentra un grupo de guerreros de élite a los que llaman Drakkos, o también La guardia fluvial. Estos hombres son expertos marineros y poseen capas escamosas en vez de capas de león blanco, su arma predilecta es el arco largo y son verdaderos tiradores expertos, así como sus costumbres y vestimentas son diferentes a las de todo Izgard, aún así, son del todo patriotas y darían su vida por Izgard sin pensarlo.



El santuario bajo las estrellas:

En Izgard siempre ha sido afición el observar las estrellas, pues cuentan sus leyendas populares que los antiguos dioses, viven allí arriba entre las estrellas. Este santuario esta situado en la cordillera blanca, al noreste y lo rodea una pequeña aldea que no tiene mas de doscientos habitantes. El santuario es como una gran catedral de piedra de ventanales coloridos, con grandes salas y subterráneos que guardan libros de tiempos pasados. En su centro posee una inmensa torre que se eleva cien metros al cielo, construida en épocas pasadas por desconocidos, en esta torre se puede ver el cielo como en ningún punto del mundo se ve, o al menos, eso rumorean los Izgardianos y dicen que se pueden escuchar las conversaciones de los dioses, aunque son todo leyendas. En este santuario se dedican a la observación de las estrellas y a especular profecías que se leen en ellas según las sacerdotisas de la orden. La aldea tiene algo peculiar, y es que aparte de estar fortificada con una gruesa empalizada... son todo mujeres. Son voluntarias que dedican su vida a los dioses y peregrinan hasta aquí para que las sacerdotisas de la orden de las estrellas las inculquen en el arte de la clarividencia. Estas mujeres también son entrenadas para la guerra y suelen utilizar dos cimitarras para la lucha, vistiendo túnicas blancas con remaches dorados y utilizando sus dones mentales para su beneficio.

La suma sacerdotisa actual "Arabelle", es la consejera personal del rey Willheilm II, especula profecías según "la estrella mágica" y un mensajero de gran confianza parte todas las semanas desde el santuario bajo las estrellas hasta el castillo de plata, con el consejo de la orden memorizado, pues no pueden correr el peligro de que algún enemigo de la corona pueda saberlo.



Las colinas de los Túmulos:

Estas colinas se encuentran en el suroeste del país, en una de las orillas de la depresión del Iz, antes de que el río vire rumbo este. Se trata de varias colinas que se expanden por todo un valle, donde, en cada una de ellas, reside la tumba de algún rey del pasado... solo tiene relevancia histórica, y muchos ignoran que esto existe.



MITOS Y LEYENDAS:



"Somos hijos de Volken, el fuego que arde en nuestro interior es el legado de los reyes guerreros, que reinan en la bóveda de los cielos.

Yo lideraré la carga, mi espada cortará el viento, los hijos de Volken caerán para renacer de nuevo.

Veré los Drakkgar´s cruzar el mar, contra el gélido viento y la lluvia, perdidos en la oscura noche, la luz de la estrella mágica será nuestro guía.

Y que cuando caiga, mi cuerpo yazca en un Drakkgar. Quemad este en el mar, y que mi espíritu vuele con los ángeles de la guerra y así partir hacia el gran monte, donde mis hermanos aguardan por mi y como un destello en el cielo mi espíritu nunca morirá." (Inspirado en la canción Sword in the wind de el grupo de heavy metal Manowar).



Rezo de guerra Izgardiano.



Los Izgardianos creen, que al morir en batalla unos ángeles de la guerra, vienen a rescatar su espíritu y llevarlo hasta el monte Volken donde sus hermanos les esperan para darles la bienvenida al otro mundo, donde con el paso del tiempo se reencarnará en un león blanco. Esto solo ocurre cuando mueren en batalla, y por tanto si un Izgardiano no muere en batalla, su alma perece según sus leyendas.





ACLARACIONES:

Willheilm III, "el Intrépido", esta en Centra en misión secreta pues un gran demonio llamado Gedeón (antiguo general de las tropas infernales del norte, que ahora es tierra de humanos y busca la venganza contra esta región), asola las montañas de Izgard, asesinando con sus ejércitos a las pocas y despobladas aldeas de las montañas. El rey Willheilm II, ha mandado a su hijo a conseguir el poder necesario para vencer a ese gran demonio y la vida de los Izgardianos depende de él, en quien confía todo Izgard.
















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Inframar

Inframar hogar de los dioses. En principio, esta zona del planeta fue la primera habitada por los dioses, quienes encontraban aquí todo lo que su ser necesitaba para la subsistencia y a su vez, podían interactuar con el planeta. Helizzar, diosa del placer, cautivo a muchos dioses para extender sus dominios fuera de los terrenos de Inframar, en contra de las leyes naturales de los propios Creadores. Embar, dios del juicio, intentó convencer a los dioses de que la idea de Helizzar era un error, pues el equilibrio del planeta se rompería. Y así fue como los dioses se dividieron en dos bandos y comenzó una gran guerra donde la gran mayoría de los dioses perecieron. La guerra terminó cuando Helizzar y su hermano Helizzer encerraron a Embar bajo tres monolitos de poder, con el sacrificio de Helizzer. Rompiendo así el equilibrio planetario.


Las cosas cambiaron mucho cuando los dioses dejaron Inframar después de la gran guerra. Este territorio se convirtió en un paraje helado repleto de misterios, legado de los dioses que habitaron sus tierras. Actualmente esta habitada por Ogros quienes han tomado Inframar para si.

Riscos del hielo eterno y el volcán del hielo:
Se trata de una gran cordillera formada en su mayoría por hielo. El volcán de hielo se alza en medio de estas cordilleras, dicho volcán alberga un secreto en su interior, y es que hay grandes cantidades de nitrógeno en sus adentros. Debido a las bajas temperaturas que sufre Inframar, cada mil años ese nitrógeno se licua y el volcán escupe nitrógeno liquido cuando entra en erupción. Es el lugar mas frió de la tierra donde se pueden llegar a alcanzar los 70 grados bajo cero.

Bosque helado:
El volcán de hielo una vez cada mil años, escupe unas estalactitas de hielo, hace mil años estas estalactitas quedaron clavadas en esta zona, generando un laberíntico bosque de hielo.

Arctica:
Capital Ogra de Inframar, es una ciudad construida a base de chozas y escasas casas de piedra, una empalizada defiende sus dominios, actualmente esta regida por Salvathor, el emperador de los Ogros. Entre sus aficiones destaca notablemente la caza de ballenas.

La torre oscura:
Se alza en una de las numerosas islas al este de Inframar. Un nigromante construyo la torre con la ayuda de la magia y comenzó a intentar hacerse con el poder de Inframar. Los Ogros comenzaron una cruzada contra el nigromante y después de varios años consiguieron darle muerte. Ahora la torre es un lugar maldito donde nadie se atreve a entrar. Se rumorea que uno de los monolitos de poder que abren el sello de Embar, se encuentra en el interior de la torre, y que el nigromante consiguió su poder gracias a dicho monolito.

Mare-Vitae:
Se construyo por una razón, una rápida vía marítima hacia las islas de Inframar, los astilleros mas importantes están ahí. Los Ogros que viven en Mare-Vitae son grandes fabricantes de barcos y armas para la pesca de ballenas.

Mare-Nova:
Construida justo después de Mare-Vitae, otra ciudad costera Ogra, en sus muros no hay nada relevante, simplemente es un asentamiento mas.

Picos del Oro y el río nostrum:
En estas montañas, hay muchísimo oro, y los días mas soleados, en el río se puede ver un reflejo dorado, ya que por sus aguas aun corren pequeñas pero numerosas pepitas de oro. Los Ogros no hacen mucho caso a las piedras preciosas, sin embargo, hay una pequeña instalación minera que defiende este lugar de los extranjeros en busca de oro.

Bellafonte:
Es la ciudad mas grande de Inframar, destacada por que sus construcciones son de origen ancestral, seguramente fueron los dioses quienes levantaron esta ciudad, los Ogros tomaron estas ruinas y se ha convertido en la segunda ciudad mas influyente de Inframar.

Tritón:
Es el pueblo mas pequeño de Inframar, en realidad ni si quiera es un pueblo, es una fortaleza, una cárcel, donde mandan a los presos mas peligrosos.

Zeta:
Es una ciudad que se construyo como medio de alimentación, pues los mejores bancos de peces se encuentran en esa posición, una ciudad pesquera con una reputación muy buena.

Bosque petra:

Antaño fue un bosque normal, pero en la gran guerra de los dioses sufrió un conjuro conjunto de gran poder que petrificó todo el bosque y lo que contenía. (los dioses peleando, arboles, animales etc...)





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sábado, 14 de mayo de 2011

Día 578 -- El espejo --

Día 578 -- El espejo –

Entra el carcelero y ...

Nigromante: Os habéis mirado alguna vez en un espejo y os habéis preguntado como es el mundo desde el otro lado.
El carcelero sonríe, pero continua con su labor.
Nigromante: ya veo que no. Hoy os contaré algo que hasta mis mas allegados desconocen.
ríe irónicamente el nigromante mientras se dispone a contar una de sus historias...
 

   Hace mucho, mucho tiempo, un mago que siempre luchó por ampliar sus conocimientos, se hizo tan poderoso que el mismísimo viento le obedecía, las tormentas pedían su permiso antes de extenderse sobre la tierra, el fuego no se atrevía a consumir sin su consentimiento y los ríos fluían cuando se le antojaba.
Su sabiduría era envidiada por altos magos que anhelaban su defunción. Pero el tiempo desgastaba el rostro del mago. Se pasaba todo el día mirándose en un espejo contemplando su rostro.
Sus arrugas definían un cuerpo moribundo, pero su espíritu mas vivo que el de un niño, aunque preocupado por que el tiempo no le dejaba aprender aquellos secretos ocultos en un libro desapercibidos por el necio.

Un día el mago desapareció misteriosamente del castillo, el rey preocupado pensaba que había muerto.

El rostro de un mago que había aprendido el secreto de los elementos, al morir, su cuerpo no deja rastro para no ser profanado.

Un joven encapuchado salia del castillo para ocultarse en el bosque. Portaba apoyado en su espalda un espejo redondo cubierto de telas y bajo su brazo, un libro que agarraba con mucho ahínco entre sus brazos..
El mago había conseguido pausar su envejecimiento y así continuar estudiando los secretos de aquel maldito libro por muchos año.

El mago aprendió a eludir las maldiciones que ocultaba el libro, y a comprender su lectura. Pero descuidó el pacto que tenia con la Muerte que cada vez era mas difícil de mantener, y su  rostro comenzaba a envejecer rápidamente sin percatarse de ello.
El mago agotado se durmió encima del espejo junto a su libro.
Los sueños se confundían con los recuerdos de su juventud vividos varias veces, aunque sus últimos recuerdos eran solitarios.
Antes de despertar el mago sintió una llamada desconocida, observó su alrededor pero no advirtió magia.
La llamada volvía a perturbar su calma, abrió los ojos y vio como su reflejo le hablaba. El reflejo del mago parecía ser otro mago al lado del espejo, como si hubiera sido liberado de su esclavitud. El reflejo le dijo al mago que existía una forma de leer aquellas plateadas runas del libro que jamas nadie había podido descifrar nunca.
El mago consciente de que estaba soñando, escuchaba con mucha atención y nerviosismo.
- Observa las runas desde este lado. - alzaba su reflejo con la mano derecha, el espejo y
con la izquierda el libro, reflejando las palabras en el espejo, podía entender aquellas runas con las que tanto tiempo había soñado.

Al despertar se dio cuenta que todo fue un sueño. La mirada borrosa hacia el espejo. - Solo ha sido un sueño - Se recordaba el mago.
La habitación estaba toda cambiada como del revés.
Se levantó de la silla, desorientado caminó en busca del libro y al abrirlo contempló que este estaba en blanco, no había nada escrito.
Observó nuevamente el espejo con cara de asombro pudo observar un extraño símbolo pero lo mas inquietante, su rostro no se reflejaba en aquel espejo.

Esto parece tal real, pero es evidente que todavía no he despertado. - Pensaba el mago.
Trató de formular un hechizo que le hiciera despertar, pero el hechizo no funcionó.
No funciona por que estoy despierto. - Se alarmó el mago dirigiéndose hacia la puerta de su cabaña, pero mágicamente su cuerpo apareció delante del espejo y esta vez había un reflejo, el no podía moverse, ni hablar, pero si escuchar, la voz de su reflejo le dio las gracias por haberlo sacado de la esclavitud de su imagen y ahora le tocaba a él ser el reflejo.
El mago ahora esclavo de su reflejo, atrapado en el mundo del espejo fue lo ultimo que aprendió 
antes de perderse en los sórdidos rincones de otro mundo, mientras contemplaba aquel maldito libro
en las manos de su reflejo mientras este ahora real, reía y reía, y decía: Tu mas preciado tesoro,
se ha visto cumplido en mi.



 El carcelero que había terminado sus tareas lentamente para poder escuchar la historia del nigromante, luego salió y cerró la puerta mientras las cadenas que ataban al nigromante se destensaban.








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jueves, 14 de abril de 2011

Capitulo 1 - parte 2

Y el silencio fue interrumpido estrepitosamente mientras Ebony se probaba conjuntos de ropa que había encontrado en un viejo y polvoriento armario.
La chica miró en dirección a la puerta de mala gana.
Se volvieron a oir los golpes en la puerta, esta vez llegaban a ser molestos.
- ¿quien va? - Preguntó la joven un tanto malumorada.
- Os hace llamar Runne. - Se escuchaba la voz de un guardia tras la puerta.
- Enseguida voy.

Ebony se cambió rápidamente. - Que antiguas son estas ropas, pero son bonitas. Es una lástima que se encuentren en mal estado. - Reía la ilusionista mientras pensaba en las ropas y telas que había encontrado.

- ¿Mi señor me habéis echo llamar? - Preguntó Ebony pensando en el vestido que se iba a tejer con aquellas telas.
-Pequeña, necesito nuevamente de vuestras ilusiones. - Dijo RunnE mientras intentaba entre vanos amagos, abrir un libro que reposaba sobre un altar.
- A tomar por culo el vestido - Pensaba la chica mientras decia: - Claro maestro, ¿que necesitáis?
-¿podriáis ocultar la torre? - Preguntó Runne con la atención en aquel extraño libro.
-Ocultar la torre me llevará mucho tiempo y magia. - respondía Ebony un tanto insegura.
-Tan solo procurad ocultar la torre. - Decía el señor de la torre mientras cojía el libro del altar con ambas manos.
-Muy bien señor, como ordenéis.
La joven abandonó los aposentos de RunnE y se apresuró hacía las afueras de la torre.
-lo unico que no debéis alejaros mucho de la torre, para que la runa surta efecto.- Decía RunnE a Ebony mientras le daba vueltas al libro como buscando algo o visualizar algo antes de abrirlo sin percatarse de la ausencia de la joven.

La ilusionista paseaba alrededor de la torre observando el funebre paisaje decorado en sangre. Sus latidos se aceleraban. La batalla aun era reciente en sus dulces ojos, el fuego seguía amenazante consumiendo la carne de algunos cadáveres y los gritos de agonía parecía que todavía se podian escuchar en su corazón.
La joven no veia la forma de ocultar aquella torre y mas sintiendo la muerte en su interior, pero podía percibir en algunas zonas de la torre su poder restaurarse.
-¿Tan poderoso es RunnE? - Se preguntaba la chica mientras preparaba la ilusión.

El señor de la torre no podía esperar, pese a que sabía que no debía abrir el libro, sentía que tenía que hacerlo.Quería hacerlo.
- Tan solo eran leyendas y su miedo mi corazón - O al menos era lo que anhelaba pensar.
RunnE cerró los ojos durante un instante, sujetaba el libro con las dos manos y rápidamente se dirigió a una mesa de madera, dejó el libro suavemente y tomó asiento, luego lo colocó mirando hacia él.
- Lo voy a leer. Ni el mismísimo infiermo. - Pensaba en voz baja.
Allí estaba el señor de la torre frente aquel extraño libro.
Su diestra temblorosa acariciaba la gruesa tapa que sobresalía a las hojas, su mirada se centraba en el libro, decidido, con el dedo índice de su diestra alzaba la tapa muy lentamente hasta descubrir la primera página del libro.
Runne suspiró aliviado - Está en blanco y no pasa nada. - Pensaba mientras observaba rápidamente su entorno.
Esta vez con la zurda se apresuró a descubrir la segunda página del libro. Su mirada se centró en la parte superior leyendo mentalmente: "INDICE" y bajando poco a poco la vista hacía los índices del libro. Los extremos de sus labios comenzaban a arquearse hacia arriba al son de la lectura.
Varias páginas definían un índice bastante extenso, Runne lo ojeaba con rápidez hasta el punto de observar un apartado que le llamó mucho la atención.
Incrédulo, abrió el libro por dicha página, y comenzó a leer.
El señor de la torre se encontraba leyendo estás lineas, estas mismas lineas sin percatarse de su significado, pero las seguía leyendo, pensaba en adelantarse a lo que le acontecía, aun a si llegó a conseguirlo pero siempre la lectura acontecía su instante, por lo que empezó a pensar en avanzar la lectura un par de páginas, y a si lo hizo algo extrañado e incrédulo de lo que leía.

La joven ilusionista tras una ardua tarea había conseguido crear unas láminas mágicas que cubrían gran parte de la torre, su objetivo era ocultar la torre y ofrecer ese entorno, una realidad similar a la real, pero sin la torre.
Ebony caminó en circulos alrededor de las láminas para contemplar su obra, pero aun no estaba acabada, tan solo quedaba una pequeña parte de la torre al descubierto.
La chica se dispuso a crear otra lámina cuando el agotamiento se hizo con su alma.
- No siento la runa de regeneración del señor de la torre. - Pensó.
Se hacercó a la torre, donde había estado sintiendo el poder de RunnE.
La joven extrañada, cruzó las puertas de la torre y se dirigió a los aposentos de RunnE con la intención de informarle por su trabajo, cuando el silencio de la entrada estaba completamente pertubado. Ebony se apresuró por las escaleras de la torre que tenían forma de caracol hasta que un guardia se cruzó en su camino.
-Ebony!!! RunnE se muere.!! Vamos!! - Gritaba el guardia.
La chica siguió al guardia muy extrañada y preocupada.
Cuando llegaron a los aposentos del señor de la torre, el guardia se detuvo, y con un gesto, dejó pasar a la ilusionista.
Cuando Ebony vió a RunnE en sabanas sangrientas y sin apenas percibir el mas mínimo aliento, no pudo evitar que la vision que tenía en ese momento se tórnara distorsionada por lágrimas exiliadas en su iris.
Habia una figura al lado del señor de la torre, la joven se frotó los ojos y pudo distinguir al curandero que velaba por RunnE.
A unos pocos metros de la cama, cerca de la mesa se encontraba aquel maldito libro entre abierto tirado en el suelo. La ilusionista cogió rápidamente unas telas rojas que formaban parte de su vestido y sin apenas mirar el libro, las dejó caer, aunque no pudo evitar observar la página que se encontraba visible hasta que consigió cerrarlo.
Solo Ebony pudo percibir un extraño brillo que a duras penas podía escapar de aquellas telas. Con mucha cautela lo dejó en el altar, cogió una silla y se puso en el otro extremo de la cama de Runne, en frente del curandero.






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domingo, 6 de marzo de 2011

Capitulo 1 - parte 1

El manto de la noche traía en su silencio pesadillas en la joven ilusionista. Lágrimas en su inconsciencia dibujaban una máscara de tragedia en un rostro alegre que hace tantos latidos habia olvidado. Víctima de su poder, soñaba en ausencia del sol, aquellas ilusiones que antaño eran una realidad oculta para evitar el miedo durante el día.
Bajo la imagen de la muerte acercándose a su vida se despertó ...

La joven Ebony se apresuró muy nerviosa al ropero para vestirse. Dedicó una rápida mirada a su espejo. -¡todo esta en su sitio! - se dijo para si misma. y se abalanzó hacia la puerta mientras caía al suelo como un arbol recién talado. Apoyando  por inercia sus manos contra el suelo.
La sensación fue la impotencia de no poder alcanzar la puerta seguida de un dolor en su cuerpo que iba incrementando intensamente hasta lanzar un leve grito de dolor.
Tras unos movimientos consigió sentarse en el suelo mientras lanzaba una mirada de odio a una de sus botas. -¡Necesito una botas nuevas, estas, están rotas! - Dijo Ebony incorporándose con rápidez y firmeza aunque cojeando hacia la puerta.

-¿Qué hacéis levantada a estas horas Hechizera? - le preguntó un tosco guardia, mientras alzaba su mano derecha hacia Ebony cortándole el paso a los aposentos del señor de la torre.

Ebony frunció el ceño. - Que torpe!!! no sabe distinguir a una ilusionista de una hechizera - Pensó la chica fugázmente.
-Quiero ver a RunnE, es urgente.!!! he tenido una visión. - Se apresuró queriendo pasar.
-¿A estas horas? - preguntó seriamente el guardia.
-No, la he tenido mañana. - Respondió ironicamente.
-Será mejor que volváis a dormir, y procurad no confundir los sueños con las visiones bruja. - Replicó el guardia dubitativo como cual azaña sin sentido.
De buena gana le habria soltado un par de palabras a sus oidos, pero no merecía la pena o al menos eso pensaba la joven ilusionista.
-Sabed que seréis él unico responsable de lo que está por acontecer. - Rió disimuladamente.
-Esperad! - Dijo el guardia después de una breve pausa. Le dió la espalda a Ebony, y caminó hacia la puerta que custodiaba los aposentos de RunnE. La joven esperaba ansiadamente, solo podia escuchar el sonido chirriante de la armadura del guardia en su caminar.
Abrió la puerta y al cruzar la entrada, no la cerró, tan solo la dejó entornada.
La ilusionista pudo escuchar un murmullo de voces indescifrables para su oido, pero no para su mente, sentia que podia entender la conversación que habia tras la puerta.
RunnE estaba despierto.Como en el sueño, pensaba mientras esperaba la audiencia con el señor de la torre.

Volvia a escucharse el caminar del guardia. -¡podéis pasar!. - Dijo el guardia saliendo por la puerta y apartándose del camino de Ebony.
-Gracias. Dijo con una sonrrisa mientras caminaba hacia los aposentos de RunnE.

Bajo la intensidad que ofrecía la luz de una vela iluminando lo que está en su brillo, Ebony podia observar la oscura figura del señor de la torre, y distingir algunas de las runas tatuadas en su rostro brillar.

-¿Qué os pertuba con tanto ahínco que no puede esperar a la llegada del sol? 
-Maestro!. Se dirige hacia la torre... - decia un tanto intranquila.
-¿qué se dirige hacia la torre? - Preguntaba RunnE un poco intrigado.
Ebony comenzaba a inquietarse, miraba a todos lados, como si estuviera soñando, como si lo que veia fuera diferente, entonces centró su mirada en dirección a un altar... -¡ESTAN AHI! - Gritó la joven señalando al altar donde se hallaba un libro.
¡RunnE miraba con una mueca de asco hacia el altar. ¡Solo está el libro! -Alzó la voz.
La ilusionista retrocedia hacia la puerta mirando alrededor del libro bastante sorprendida. Pero como un acto reflejo la chica se quedó petrificada con lágrimas en sus ojos. ¿es él?. Sintió un escalofrio en su hombro izquierdo, pestañeó y pudo ver el rostro del señor de la torre y sus resplandecientes runas tatuadas en su piel.
-Ebony, Ebony!! Estáis bien? ¿Qué veis? - Preguntaba RunnE nervioso.
-Se estan acercando. Será mejor que salgamos de aquí maestro. - La voz de Ebony sonaba más temblorosa por momentos.
-Has de sabed que mientras me encuentre aquí, nada podrá haceros daño. -Exclamó desafiante el señor de la torre.
-Es un dragon mi señor, y le acompaña la muerte. Con su sola presencia siento que voy a morir. -Lloraba la joven ilusionista mientras los contemplaba.
RunnE permanecia inmovil con la mirada clavada en el libro y atento a las palabras de la ilusionista.

-No van solos, hay un demonio caminando junto a una serafin...
-Eso es incoherente Ebony, ¿estáis segura de lo que véis? - Interrumpía el señor de la torre.
-Si mi señor, y eso no es todo, hay un elfo junto al señor de los hielos y un joven al que creo conocer. Les dice que sin alma no podrá abandonar Discordia. 
-¿Discordia? No tiene sentido Ebony, nada de lo que dices parte de una base lógica. ¿un demonio con una serafin? ¿y que aleja a la Muerte de su cometido?. No, no lo veo. Me niego a verlo.

Los ojos llorosos de la joven ilusionista perdieron su iris y su mente viajaba por los senderos de la inconsciencia.

No se como ni quien lo ha echo, pero ha cambiado,algo ha cambiado, debeis huir con el libro, o estaremos condenados a este silencioso infier..no. - La voz de Ebony se apagaba mientras su cuerpo se desplomaba en el suelo.
El señor de la torre se acercó a Ebony.
-Aun respira.
La acurrucó entre sus brazos y caminó hacia el pasillo donde se encontraba el guardia custodiando los aposentos de RunnE.

-Guardia!! Dad la alarma!!. Que los soldados custodien la torre y mi guardia personal protega el altar donde se encuentra el libro. Rapido, moveos!!!. Gritó RunnE sin dejar de caminar hacia la habitación de  Ebony.
El guardia tragó saliva, y sin mas demora, salió velozmente a cumplir las ordenes de su señor.






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